El hecho sucedió en la ciudad alemana de Frankfurt, donde un hombre de 30 años decidió calcinar su BMW Serie 3 como signo de protesta por los altos precios de la gasolina en Alemania. El individuo estaba harto de no poder conducir su vehículo ya que le suponía unos 250 euros al mes sólo en combustible.
El dueño de este BMW Serie 3 se dirigió al jardín del Centro de Convenciones de Frankfurt, lo roció de gasolina y le prendió fuego. Cuando los bomberos llegaron, nada pudieron hacer por el automóvil. El estado de Frankfurt ha puesto al hombre en libertad sin cargos, pero podría incurrir en penas de hasta 5 años de cárcel por delitos ambientales.