
El parque móvil español envejecido contamina cada vez más nuestro aire, es por ello que el Gobierno propone penalizaciones fiscales para aquellos coches más contaminantes: los coches que más contaminen pagarán mayores impuestos (pagarán más los que menos tienen).
Es paradójico que en momentos de crisis y necesidad las medidas del Gobierno para reducir la contaminación del aire sean bajo el incentivo de pagar menos impuestos (la amenaza de pagar más), en lugar de incentivar a los propietarios de vehículos más viejos (en la mayoría de casos colectivos con menos recursos) con subvenciones o facilidades que a su vez ayuden a regenerar la industria del motor. Es cierto que aquellos conductores con coches que contaminan en exceso deberían tener algún tipo de sanción (véase este impuesto incluido en el de circulación), pero no es menos cierto, que el parque de automóviles envejece principalmente por efectos de la crisis... ¿Es ahora el momento de plantear este impuesto?
Uno de los mapas que acompañan al borrador de la propuesta señala que 22 millones de españoles, conviven con un nivel de contaminación en el aire superior al recomendable.

Para frenar los daños que muestra el mapa, la subida de impuestos viene acompañada de otras medidas, como la prohibición de acceso a ciertas áreas para aquellos vehículos que sean muy contaminantes, algo que daría algo de oxígeno a núcleos altamente contaminados. Esta medida, que se aplica ya en algunas ciudades europeas donde los centros de las capitales quedan cerrados para la mayoría de vehículos, además reduce el tráfico y la contaminación acústica que este produce, y fomenta el transporte público. Estas zonas llegarían en 2015 y todavía queda por ver cómo se elegirían y cómo se señalizarían. En cuanto a marcar los vehículos, se propone un sistema de pegatinas de colores que indicaría el nivel de contaminación de ese coche.
El impuesto de circulación que recogen los consistorios españoles, hoy en día grava según la potencia del motor. Con esta reforma, la contaminación de un coche pasaría a ser la variable a seguir. Es decir, aquellos que no pueden permitirse un coche nuevo acabarán pagando un elevado impuesto por sus viejos y contaminantes vehículos, mientras que aquellos coches de lujo, de grandes motores, que hasta la fecha eran los que más importe en el impuesto de circulación desembolsaban, ¿ahora podrían pasar a pagar en relación directa a lo que contaminen, sin importar su cilindrada?
Es comprensible que los que más contaminen paguen más por el daño que están causando, pero, repetimos, la coyuntura actual quizá no sea la adecuada para añadir nuevos pagos a un pueblo ahogado por los actuales.
Nos parece una medida que va muy en relación a las últimas adoptadas en el resto de países miembros de la UE. Quizás esta medida suponga el empujón definitivo a las ventas de modelos híbridos y eléctricos.