Un Ferrari 250 GTO de los sesenta se ha convertido en el coche más caro del mundo al alcanzar en subasta los 28.2 millones de euros.

El vehículo del récord salió de la fábrica de Maranello en 1962 y fue el sexto de una remesa exclusiva de 39 unidades, de las que ya sólo quedan un tercio. Su primer comprador fue el piloto Stirling Moss, que quería correr con él en las 24 Horas de Le Mans de ese año, aunque un accidente días antes no le permitió hacerlo.
Desde Stirling Moss, este Ferrari 250 GTO ha tenido ocho dueños diferentes, entre los cuales se ha ido incrementando el precio de compra-venta hasta llegar a estos 28.2 millones, aunque el anterior propietario es quién más lo ha rentabilizado ya que lo adquirió por siete millones de euros.
Un Ferrari de estas características se ha convertido en objeto de deseo para muchos coleccionistas. En estos días vemos mucho movimiento en el mercado de estas auténticas piezas de museo y los de la casa italiana Ferrari, son las joyas de la corona para coleccionistas.
Con sus 28.2 millones de euros, ha desbancado el precio que se pagara por el Bugatti Type 57SC Atlantic en 2010, hasta la fecha el coche más caro del mundo con un valor de algo más de 25 millones de euros.