Carlos Ghosn, el presidente del grupo automovilístico francés Renault, ha respondido ante los rumores que se contemplaban, al cierre de la fábrica, que en un horizonte visible, ni se contempla ni se puede contemplar el cierre de una fábrica francesa.
Con motivo de la apertura del Mundial del Salón del Automóvil de París, Ghosn ha subrayado, en una entrevista publicada hoy por 'Les Echos', que van a llegar nuevas actividades y "cuando se quiere invertir en Europa, hay que privilegiar Francia".
El Gobierno francés (el Estado es accionista del fabricante automovilístico) ha señalado estos últimos días que estaría muy vigilante al plan de ajuste de Renault, que en total supondrá la supresión de 4.900 empleos sobre la base de salidas voluntarias.
Ghosn ha justificado la revisión a la baja de las previsiones de ventas del grupo por el impacto de la crisis, "si empeorara, sería una catástrofe".
Ya en verano, la compañía admitió que en el 2009 no podría producir los 800.000 coches suplementarios respecto al 2005, tal y como había planeado.